viernes, 17 de abril de 2015

El gateo

Que es la la importancia del gateo para el bebe
Estoy muy concienciada con el tema del gateo porque cada vez hay más niños que no han gateado y contemplo con frecuencia en el parque, en la piscina, etc. cómo madres o abuelas bienintencionadas pero equivocadas, impiden a los bebés gatear y les obligan a andar precozmente (agarrándoles en alto de las manos) cuando sus piernas aún no están preparadas.
Hace unos siglos se envolvía a los bebés en gasas como una momia porque se consideraba que gatear era propio de animales. Hoy la ciencia a demostrado que el gateo es una fase imprescindible en el desarrollo de la persona y del cerebro pero todavía no somos suficientemente conscientes de ello.
Prueba de ello es la venta de andadores (ampliamente criticados por pediatras), y dificultar el gateo de muchas formas, sobre todo no dando oportunidades continúas y suficientes a los bebés (dejarles en el suelo) o directamente impidiéndoselo.
Para demostrar la importancia de este tema, aquí presento brevemente las 8 razones que explica elexperto Carlos Gardeta.

1.    El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
2.    Desarrolla el patrón cruzado que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal en equilibrio del cuerpo humano. Ese movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
3.    Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber dónde están las partes del cuerpo de uno.
4.    Permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es tal su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
5.    El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. Además, al masajear la palma de la mano, ésta envía información al cerebro de dónde está y de las diferentes sensaciones y texturas que siente. También, al gatear el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, de los fémures y de las caderas. Así percibe la oposición de la gravedad y aprende a manejarse con ella.
6.    Le ayuda a medir el mundo que le rodea y el niño se adapta al medio. La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental, LA BRAZA, en todas las civilizaciones. Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo circundante, y por eso cuando de mayor volvemos a un lugar de la infancia lo percibimos más pequeño de lo que era, porque entonces la propia medida de la braza era menor.
7.    Ayuda a establecer la futura lateralización del cerebro (cuando uno de los hemisferios se convierte en dominante y el otro en servidor para no tener que operar ambos a la vez).
8.    Ayuda a poder escribir en el futuro. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.

Por todo esto, y simplemente porque es lo natural: demos a nuestros hijos todas las oportunidades de gatear.
Además de estimular huesos y músculos, esta actividad fomenta la independencia y la capacidad de la toma de decisiones de un niño.
Los bebés, a medida que crecen,  se van familiarizando con su entorno. Pareciera que ‘volaran’, pues el progreso de sus habilidades es cada vez más rápido.
Uno de los momentos más esperados por los padres es cuando ese pequeño ser, que siempre había permanecido sobre la cama, logra levantar su cuerpo para desplazarse. Esta etapa es el gateo.
Según Ginna Maritza Chacón Durán, terapeuta ocupacional, especialista en infancia, cultura y desarrollo, certificada por la Western Psychological Service (WPS) como integradora sensorial, “es una etapa donde se involucran habilidades motoras y de coordinación, ya que, al gatear, el cerebro del niño hace conexiones de un hemisferio a otro, permitiendo una intercomunicación y el trabajo conjunto cerebral”. Permitiendo, así, que maduren las funciones cognitivas.
“El gateo es el resultado de una evolución en el control del cuerpo. Es un movimiento armónico, simétrico y coordinado que proporciona a la columna un alivio rápido y efectivo desde las primeras jornadas del ejercicio”, añade Carolina López Díaz, terapeuta ocupacional y magíster en Estructuras y procesos del aprendizaje.

¿Por qué es importante?El gateo permite que el bebé se vuelva autónomo. Además de fortalecer sus extremidades, cuello, espalda y articulaciones, desarrolla sus sentidos y le permite reconocer su cuerpo.
“Por lo general, lo que se observa es que los niños que no gatearon nunca, cuando llegan a la adultez, tienen dificultades en la coordinación y alternancia de los brazos con las piernas, lo que interfiere en las habilidades de organización y planeamiento”, señala Chacón. No obstante, el hecho de que los niños no gateen o lo hagan de forma distinta no debe ser un motivo de alarma para los padres. Pero se sugiere, según Carolina López,  un control por parte del especialista para descartar anomalías en huesos o articulaciones.


Grandes beneficios1. Desarrolla el patrón cruzado; es decir, la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y el equilibrio del cuerpo humano. Esto implica que el brazo derecho se sincronice con el pie izquierdo y viceversa.2. Desarrolla el sistema vestibular. Es muy importante para activar la emisión de señales de los dos laberintos del oído al cerebelo. Este permite que el bebé desarrolle su percepción; así, podrá saber dónde están cada uno de los puntos de su propio cuerpo. 3. Desarrolla la convergencia visual. El bebé, al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla, desarrolla el proceso de convergencia. Es decir, es cuando el bebé enfoca ambos ojos en un punto que atrae su interés. Se sabe, por estudios optométricos, que el gateo influye bastante en evitar problemas visuales 


jueves, 9 de abril de 2015

Bebes Durmiendo

Muchas mamás, al ver a su hijo gesticular o murmurar mientras duerme, se preguntan si estará soñando o qué pasará por su cabecita.
 Los sueños están presentes desde los primeros días de vida. Sin embargo, en el recién nacido, se trata de sensaciones y todavía no se puede hablar de “tramas” o “secuencias con argumento” propiamente dichas.

-    Se cree que los argumentos de los sueños empiezan a producirse cuando el niño empieza a hablar. Éste también es el momento en el que puede explicar sus sueños y, al contarlos, distinguir cada vez con mayor claridad las experiencias diurnas de las nocturnas.

-    El límite entre los sueños y la realidad todavía no está tan definido como en los adultos y en los niñosmás mayorcitos. Los niños, durante el sueño, viven sensaciones reales y tienen imágenes claras de las personas. Precisamente, porque confunden estas dos dimensiones, los niños no piensan que tienen que explicar lo que han soñado. Sin embargo, si se le habla del tema, el niño se habitúa a distinguir lo que pertenece a la noche de lo relacionado con el día.

 

Mi Primer Diente


¿Cuándo le empezarán a salir los dientes a mi bebé?
A la gran mayoría de los bebés les empiezan a salir los dientes entre los 4 y 7 meses de edad.

Si la dentición de tu bebé es precoz, puede que veas su primer dientito (que suele ser uno de los dientes de abajo, en el medio) a los 
3 meses. Y si la dentición es un poco tardía, quizás tengas que esperar un año o más. (En algunos casos muy raros, el primer diente del bebé se puede visualizar al nacer.) Cuando le salga el primer diente a tu bebé celebra esta fecha importante tomándole fotos y anotándolo en su libro de recuerdos. 

Los dientes de tu bebé empiezan a desarrollarse en el útero. Mientras estabas embarazada desarrolló la base de lo que serán sus dientes de leche, aunque éstos están todavía metidos en las encías. Los dientes brotan uno a la vez a lo largo de varios meses y a menudo, pero no siempre, en el siguiente orden: primero nacen los dos dientes inferiores del centro; luego los dos superiores del centro; y después los que están hacia los lados y atrás. Puede que al nacer los dientes no salgan derechos; pero no te preocupes, con el tiempo se suelen enderezar. 

Los últimos dientes en aparecer (los segundos molares, que se encuentran al fondo de la boca, arriba y abajo) normalmente brotan alrededor del 
tercer cumpleaños de tu hijo. Para los 3 años, tu hijo tendrá el juego completo de 20 dientes de leche perfectamente instalado, y estos dientes no deberían empezar a caerse hasta que sus dientes permanentes estén listos para nacer, alrededor de los 6 años.
¿Qué síntomas de la dentición tendrá mi bebé?
Algunos expertos debaten si ciertas afecciones, como la irritación, la diarrea y la fiebre pueden ser causadas por la dentición, o si y simplemente coinciden con la salida de los dientes. Una de las posibles explicaciones es que durante la dentición los bebés entran en contacto con un mayor número de virus y gérmenes al llevarse más cosas a la boca para morderlas.

Hay bebés que pasan por este proceso sin ningún problema, pero muchos padres manifiesten que sus hijos están molestos. Sí tu hijo tiene síntomas molestos, estos son los más comunes: 


·         Irritabilidad o incomodidad
·         Babeo de saliva (puede provocar irritación facial)
·         Inflamación y dolor en las encías
·         Ganas de morder
·         No querer comer
·         Problemas para dormir

Aunque muchos padres afirman que sus hijos tienen caquitas más blandas y sueltas, les gotea la nariz o tienen un poco de fiebre justo antes de que les salga un nuevo diente, la mayoría de los expertos no creen que la dentición sea culpable de estos síntomas. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, la fiebre y la diarrea no son síntomas normales de la dentición. 

El Dr. William Sears, pediatra y autor del libro The Baby Book, no está de acuerdo. Sears piensa que la dentición provoca la diarrea y también un poco de 
dermatitis de pañal porque el exceso de saliva del bebé llega a sus intestinos, soltando las heces. También defiende que la inflamación de las encías puede resultar en una fiebre baja (una temperatura rectal inferior a 100.4 grados Fahrenheit, o 38 grados Celsius). 

Si tu hijo tiene una temperatura rectal de 101 grados Fahrenheit, 38.3 grados Celsius, o más (100.4 Fahrenheit, 38 Celsius, o más en bebés menores de 3 meses) y también tiene síntomas como letargo o flojera, falta de apetito, vómito o diarrea, llama a su médico para descartar una enfermedad más seria.
¿Qué puedo hacer para aliviar la molestia de mi hijo?

Dale algo para masticar, un aro especial para la dentición o un paño húmedo que hayas metido un rato en el refrigerador (no en el congelador). O simplemente frota sus encías con un dedo limpio, con suavidad pero con firmeza, para aliviarle temporalmente el dolor. 

Si tu bebé ya es suficientemente mayor como para 
comer alimentos sólidos, también le producirá alivio comer alimentos fríos, como el puré de manzanas o el yogur. Otro truco es ofrecerle una galleta dura de esas que están hechas especialmente para la dentición. Pero vigílalo con atención para evitar que se atragante. 

Si nada de esto sirve, quizás tu doctor pueda recetarte paracetamol (acetaminofén) infantil para aliviar el dolor. Consulta siempre con el médico de tu bebé para saber la dosificación correcta antes de darle acetaminofén a un niño menor de 2 años. 

Y nunca le des a un niño aspirina, ni siquiera aplicada sobre las encías, el uso de aspirina en niños está asociada con el 
Sindrome de Reye, una condición médica rara pero peligrosa o fatal. 

Pregúntale al médico de tu bebé antes de probar un analgésico tópico, como un gel o crema, que se unta en las encías. Los productos tópicos anestésicos que contienen benzocaína pueden provocar la metahemoglobinemia, una enfermedad rara pero grave en la que el nivel de oxígeno en la sangre cae peligrosamente.
 MI 

Mi Primer Sonrisa

En esta época en la que prestamos tanta atención a lo que nuestros pequeños necesitan, sabemos que como dijo Julián de Ajuriaguerra, neuropsiquiatra infantil francés de origen español (1911-1993), “un cerebro que no es acariciado, no se desarrolla bien”. Esto quiere decir que lo primero que los bebés necesitan para desarrollarse saludablemente y los primeros estímulos que podemos brindarles para que crezcan y logren las adquisiciones esperables en cada etapa son las caricias, las palabras y tonos amorosos, el sostén y las miradas de aprobación de las personas de quienes reciben los primeros cuidados.”


La sonrisa social es el primer comportamiento social del bebé. No es lo mismo una mueca o un  gesto, ya que eso sería un reflejo y no una respuesta a otra persona. ¡Aunque, qué lindo es ver cuando está durmiendo y esgrime una sonrisa! El reflejo que puede observarse en las primeras semanas del recién nacido suele llamarse sonrisa angelical. Es un reflejo involuntario que no responde a la sonrisa intencionada como respuesta a un estímulo.
Generalmente, la primera sonrisa social suele surgir entre la tercera o la quinta semana de vida. Al comienzo puede pasar desapercibida, o habrá que mirarlo y hablarle mucho para que la pequeña personita responda con este regalo. Si el bebé no sonríe después de la sexta y octava semana de vida, es información que se debe compartir con el médico pediatra.
 
La sonrisa de tu hijo es un indicador del bienestar del bebé. Junto con el desarrollo que va adquiriendo con el correr de las semanas está su necesidad de comunicarse. Y sus miradas, sus llantos y sus sonrisas son su manera de manifestarse. A medida que pasa el tiempo, la sonrisa irá aparejada de los movimientos de manos y de piernas. ¡Cómo resistirse a las sonrisas y a las carcajadas de los bebés!



La aparición de la sonrisa social es un hito muy importante, no sólo en la vida del bebé, sino también en la relación madre-hijo. La construcción del vínculo, en pleno posparto, es intensa y una respuesta tan cariñosa por parte de su recién nacido plenifica, alegra y reconforta.
 Las caricias, las palabras cariñosas y los mimos son estímulos que conmueven hasta al más serio. Con mucho diálogo, juegos y amor el bebé seguirá desarrollando sus habilidades para comunicarse con su entorno generando un clima de amor, armonía y alegría.